( Extracto Libro Atacama 200 Fotos)
Charles Seignobos definió para la historiografía en su conocida frase sin documentos no hay historia[1], un estilo de trabajo y construcción de conocimiento histórico, postura más bien tradicionalista, que genero un tipo de historia la positivista. Actualmente las tendencias son mas holística y buscan rescatar memorias mayores, por ello la interdisciplina, la historia critica y nuevas líneas teóricas como la historia del presente o la historia oral, la etnohistoria, entre otras han rescatado y valorado nuevas fuentes para escribir la historia, entre estas fuentes sin lugar a dudas esta la fotografía, la que logra generar un caudal enorme de información, que corrige, complementa y logra un relato mas certero y cercano a las vivencias de las personas.
Cuando hablamos de fuentes para el estudio de la historia, nos referimos centralmente a los distintos documentos escritos que entregaban noticias para conocer los hechos y procesos ocurridos en el pasado, no obstante este principal fuente para la construcción del relato histórico era y es una fuente dominante, en cuanto la escritura y los documentos de este tipo dan cuenta y relatan principalmente lo ocurrido y lo generado por un sector de la sociedad, principalmente los grupos dominantes ( oligarquías, plutocracia, etc.), de allí que se vio la necesidad de indagar y utilizar otras fuentes, otros escritos, la oralidad y nuevas fuentes, allí se inscribe la fotografía, como una nueva fuente. Históricamente el año 1822 el francés Nicephore Niepce; obtiene la primera fotografía sobre una plancha de Estaño, el año 1835 Luis Daguerre comienza a realizar importantes descubrimiento que vendrían a mejorar este innovador invento, y el año 1837, el mismo Luis Daguerre, dará vida al daguerrotipo, que consolida la fotografía moderna. En el caso chileno, la fotografía habría hecho su arribo el año 1840[2] . Lo más probable es que hacia 1850, ya la fotografía estuviera plenamente presente en Atacama, Toro y San Marín al dicho al respecto lo siguiente: “ …Cuestión que instala a Copiapó como una de las ciudades de temprano arribo de esta técnica, con el aviso publicado en julio de 1846, en donde identificándose como daguerrotipsta un fotógrafo itinerante, usa como estudio la casa de la señora Maria Gallo, ubicada en calle Maipú[3]”
Recordar que este tiempo y desde 1832[4] en adelante, la región vive una de sus páginas más brillantes, como también de gran progreso tecnológico y material. Decir, si que en esta etapa la fotografía es un registro caro y al que solo acceden la plutocracia minera de Atacama y los sectores dominantes. Pero hacia el 1900 está ya mas masificada, y comienza a ser un registro a la vez que una fuente en la construcción de una historia más plural, heterogénea y democrática.
Con relación a los grandes fotógrafos que plasman momentos e hitos en la zona, mencionar a Pedro Emilio Garreaud, José Olivares Valdivia, los hermanos A, y F. Sills, entre otros importantes fotógrafos de los múltiples pasados de Atacama.
Sin lugar a dudas la construcción de una historia moderna, critica y al servicio de la gente, necesita una nueva posición teórica que busque nuevas forma de rescatar el pasado histórico, mediante nuevas fuentes, donde nítidamente resalta la fotografía como elemento articulador en esta reconstrucción. Atacama 200 fotos, presenta un reseña de la historia regional y una importante fuentes para el estudio y puesta en valor del pasado y la historia de Atacama.
[1] Citado de Ruiz Berrero, Julio: El Método Histórico, En Revista Española de Pedagogía, Madrid,
n°134, 1976, pág. 453
[2] Cf. Mauricio Toro & Fernando San Martin: Atacama: historia de su fotografía, Edición de Mauricio Toro – Fondos Cultura, Pág. 76
[3] Ob.cit pág. 4
[4] El año 1832, el 16 de mayo, el joven arriero Juan Godoy Normilla, Descubre el mineral de plata de Chañarcillo, a partir de este hito, nuestro país comienza su recuperación económica y gracias a ello la organización político – constitucional de la republica,
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