Saturday, June 02, 2012
EL QUEHACER DE CLÍO
La Historia como ciencia de lo social, como lo hemos planteado en otras ocasiones, busca dar una explicación coherente al presente, presente que en ocasiones es complejo, y casi siempre rudo. Para ello recurre al estudio y análisis de los procesos y acciones que ocurrieron en el pasado. Entre los distintos historiadores y teóricos de la ciencia histórica, que han analizados el quehacer de la historia, nos parece interesante la figura del polaco Jerzy Topolsky , nacido en la ciudad de Poznan, Doctor en Historia de la Universidad Nicolás Copérnico de Polonia. Topolsky, trabajo la historia desde a óptica del materialismo histórico, siendo su objeto de interés la metodología y teoría de la historia. Una de sus obras principales es “Metodología de la Historia”. De ella, reproducimos algunos de los párrafos, de lo que el autor denomino, La Tareas de la Historia. Jerzy Topolsky, aborda en su trabajo, una idea potente, celebrada y compartida por Gea – Atacama; cuando el autor conecta: educación, historia y conciencia. Esto porque al potenciar el papel pedagógico de la historia, la función educativa, se hace más crítica y propositiva, idea que han defendido, entre otros; el profesor Alex Carvajal , él historiador Rodrigo Zalaquett, él Docente Francisco Berrios y el Doctor Waldo Portilla. Topolsky resalta que; al ser capaces de poner la historia al servicio de todos, y especialmente mediante la herramienta de la educación, esto permite la participación social, generando conciencia, fundamentalmente socio política, en las personas, las comunidades y la sociedad.
A continuación rescatamos algunas ideas de Jerzy Topolsky, sobe el quehacer y/o tareas actuales de la historia.
“La siguiente función social de la historia, que se deduce de la anterior, es satisfacer el deseo humano de conocerse a sí mismo.
Es evidente que solo unas ciencias históricas con un desarrollo adecuado pueden desempeñar esta función cognoscitiva con responsabilidad.
El historiador debería saber cómo hacer llegar a los diversos destinatarios de los resultados de sus investigaciones. No puede limitarse al círculo de los más iniciados, sino que debe popularizar el conocimiento de la historia.
La función cognoscitiva de la historia está relacionada con su función educativa, que hasta ahora se ha subrayado sobre todo, en cuanto a la utilidad social de los estudios históricos. El papel educativo de la historia ha sido aceptado por varios grupos de historiadores y dirigentes sociales. La educación histórica es una de las bases principales para configurar la conciencia ideológica y política de una sociedad. Al descubrir la verdad científica la historia colabora activamente a la conformación de la conciencia social”.
Sin, duda el conocer, pensar y repensar la historia, es una asignatura siempre pendiente, especialmente en Chile y Latinoamérica, tanto en los niveles donde esta se enseñanza, como en sus niveles de investigación y difusión. El teorizar críticamente nos parece imprescindible para intentar definir el rol de la historia, que, desde nuestra óptica, nos parece debe ser una herramienta para entender la sociedad a través del tiempo, pero sobre todo una herramienta para actuar y modificar esta sociedad, para hacerla más participativa y democrática.
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